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Guía rápida ante los avistamientos de medusas: cuáles son las más comunes en las costas españolas y cómo actuar si nos pican
¿Por qué es importante? Las altas temperaturas del agua tanto en el Mediterráneo como en el Cantábrico y en el Atlántico, hacen temer una temporada récord de medusas.

Resumen IA supervisado
Con el aumento de las temperaturas del agua, las playas del Mediterráneo y el Atlántico están experimentando un notable avistamiento de medusas. Entre las más comunes se encuentra la medusa aguamala, de gran tamaño pero de peligrosidad media. La medusa huevo frito, también frecuente, es fácil de reconocer y sus picaduras no son peligrosas. Sin embargo, las carabelas portuguesas y las medusas luminiscentes presentan un mayor riesgo debido a su veneno neurotóxico y sus posibles efectos respiratorios y cardiovasculares, respectivamente. Ante una picadura, se recomienda utilizar un objeto romo para retirar los restos.
* Resumen supervisado por periodistas.
Atentos a esta información porque dependiendo de la playa elegida para un baño, es necesario estar pendientes de un tipo de medusa u otro. Con las temperaturas tan altas del agua, estos días se han avistado en prácticamente todos los arenales de la costa mediterránea. Y es que no todas son igual de visibles ni pican igual. Aquí, una guía rápida para saber cómo actuar.
Medusa aguamala
Sus picaduras provocan terror a los bañistas y si son así de grandes más aún, como es la medusa aguamala, una de las más habituales en el Mediterráneo y el Atlántico. Pese a su tamaño de entre 90 y 100 centímetros, su peligrosidad es media, pues no produce cuadros dermatológicos graves.

Medusa huevo frito
Otra de las más comunes, también el Mar Menor, es la medusa huevo frito, la cual es fácil de reconocer, precisamente, por su parecido a ese manjar. Además, de porque esta especia de entre 20 y 35 centímetros flota. Sus picaduras tampoco son peligrosas.

Carabela portuguesa
Al contrario de las temidas carabelas portuguesas, pues "tienen un veneno neurotóxico que no es urticarizante", señala Emilio Salgado, médico de la Unidad de Toxicología del Hospital Clínic de Barcelona. De color blanco azulado, y un tamaño de 30 centímetros de largo por 10 de ancho, es habitual verlas sobre todo en el Atlántico, aunque en ocasiones también en el Mediterráneo.

Medusa luminiscente
La peligrosidad también es alta en el caso de la medusa luminiscente, a la que se distingue por su color rosado y rojizo. Y es que la picadura de esta especia cuyo tamaño suele ser de 20 centímetros, puede llegar a causar problemas respiratorios y cardiovasculares. Por eso, es muy importante no acercarse a ellas: "Es un animal salvaje y siempre tenemos que evitarlo", es decir, "darle su espacio", advierte Jorge Alegre, biólogo marino Oceanográfic de Valéncia.

¿Cómo actuar ante la picadura de una medusa?
En el caso de que esto no sea posible y uno de los tentáculos de cualquiera de estas medusas roce la piel hay que actuar "utilizando un objeto romo [para] quitar los restos de la medusa que estén en contacto con nuestra piel". En este punto, la pregunta es obvia: "¿Con qué? Pues como estamos en la playa utilizamos el agua salada", explica el doctor Salgado.
Hasta aquí una información de gran valor, ante las altas temperaturas del agua tanto en el Mediterráneo como en el Cantábrico y en el Atlántico, las cuales hacen temer una temporada récord de avistamiento de medusas.