Un grupo de 44 estudiantes ha regresado ya a Bilbao tras uno de los peores sustos de su vida. En el vehículo viajaban 59 personas (53 estudiantes vascos, dos conductores y cuatro acompañantes), de las cuales 34 fueron atendidas en el hospital universitario de Lille, la mayoría con heridas leves.
El último parte médico emitido por el hospital cuenta que siguen ingresados trece españoles de entre 19 y 29 años, aunque fuera de peligro, de los 34 que llegaron a atender tras el accidente.
Diez personas están en la unidad de neurocirugía, otra en los servicios de cirugía torácica y otra más en la unidad de reanimación de neurocirugía, mientras que un decimotercer afectado se encuentra en "cuidados intensivos de reanimación en neurocirugía".
La mayor parte de los jóvenes que resultaron ilesos o heridos leves y que pasaron la noche en un centro deportivo del municipio de La Madeleine cercano al lugar del accidente, ya ha regresado a sus casas donde gan sido recibidos en el aeropuerto pro sus familiares entre abrazos y alguna que otra lagrima.
Algunos cuentan conmocionados como vivieron el momento del accidente, una de las estudiantes "escuché un sonido fuerte, me desperté y tenía muchas mochilas encima" en unos segundos de confusión dice que tocó el techo y pensó que habían volvado.
La familias esperanban nerviosas la llegada de los jóneves con un solo deseo "abrazales, abrazarles y abarzarles", como decía uno de los padres. Esperan que todo quede en un susto y que pronto se recuperen los demás heridos para poder regresar a sus casas.
El médico del hospital de Lille, Jeromi Cuni, afirma que podría haber sido una tragedia si los jóvenes no hubiesen estado dormidos y con los asientos reclinados.
El conductor ha declarado que siguió las indicaciones del gps, ha dado negativo en la prubas de alcoholemia y droga y por ahora sigue bajo custodia policíal. El embajador español mantiene su postura sobre la mala indicación y la falta de seguridad en el túnel.
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