Javier Paz denunció en el año 2011 los abusos sexuales del cura Isidro López Santos. Se sucedieron desde que tenía 10 años a los 20, entre 1982 y 1992. Según cuenta El País, a la víctima le dijeron que se abría una investigación aunque el tiempo pasaba sin que ocurriera nada.

Por ello, la víctima decidió realizar grabaciones para demostrar lo que estaba ocurriendo. En ellas se escucha cómo la iglesia trata de mantener en secreto esta denuncia a cambio de falsas esperanzas con una posible compensación económica: "Si pides una compensación económica se estudiará pero si tú quieres ir por otra vía tienes la vía expedita, pero me temo que no vas a conseguir nada. Civilmente no vas a conseguir nada. Solo que la sociedad se entere".

La víctima comienza a sospechar que no le van a pagar, y se lo hace saber a la institución afirmando "no me van a pagar en la vida y eso usted lo sabe", ante lo que le responden que "en el derecho penal y civil hay una serie de tasaciones, el derecho canónico no es un código que esté tan desarrollado".

Javier Paz reconoce que finalmente aceptó firmar un documento en el que pactaba una compensación económica que incluía una pensión mensual, pero que todo fue un engaño porque a la vez se comprometía a no denunciar y a mantener en secreto los abusos. "Me tendieron una trampa", afirma a El País.

Finalmente, le dijeron que su caso se desestimaba porque aseguraban que sólo buscaba el dinero. Ahora, quiere denunciar su caso para qué se sepa cómo actúa la iglesia en estos casos y por ello también ha acudido a los tribunales pese a saber que su delito está prescrito.