Sin parar de moverse y sin apenas levantar la mirada del suelo, aparentemente muy inquieto: así ha estado en el juicio el joven acusado de asesinar a su amigo con una catana cuanto peleaban porque no encontraban el mando de una videoconsola. "La cojo, la desenfundo, y pego un golpe en la mesa con la catana para que me dejaran salir", ha declarado.

Sin parar de tocarse la cara, ha contado que su amigo le empezó a pegar con una vara: "Me da una en el hombro, intento esquivar las que puedo durante la pelea".

Apunta que cogió la catana para intimidarlo: "Tomó la catana que reposaba en una de las paredes del comedor, la desenfundó y cuando tenía frente a sí a Manuel Cortez, le asestó una puñalada de 30 centímetros".

Dice que la víctima se abalanzó sobre él: "No sé si le empujaron o algo pero se me abalanzó encima". La víctima logró salir a la calle pero murió poco después porque la herida en su abdomen era demasiado profunda. El acusado se entregó a la Policía por miedo a represalias, ahora se enfrenta a 20 años de prisión.