47 mujeres asesinadas en 2018, y 975 desde 2003, pero en estas cifras no figuran ni Diana Quer, ni Laura Luelmo. "Nuestra norma sigue solamente contemplando como violencia machista la que se da en el entorno de la pareja o expareja", denuncia Bárbara Tardón, investigadora de Amnistía Internacional
Esto contraviene al Convenio de Estambul, que desde 2014 incluye la violencia sexual, laboral, institucional y en general contra la mujer. Su cumplimiento es obligatorio y Europa evalúa si España lo aplica a través de un examen. Varias ONG realizan en paralelo una auditoría que se conoce como informe sombra. "Incluimos las sombras a las luces que los gobiernos dan sobre sus acciones", asegura Virginia Gil, de la Plataforma Estambul Sombra.
España mejora con el Pacto de Estado contra la violencia de género. Incrementa considerablemente el presupuesto de 31 a 159 millones de euros, pero Virginia Gil pone el foco en las tareas pendientes sobre "violencia sexual y otras violencias".
Amnistía Internacional recogía en su informe el caso de Blanca. "El que me tenía que tomar el testimonio, muy borde, me hizo sentir incómoda porque vi en su cara que no creía lo que yo le estaba diciendo. Además de ser violada, tuvo que tener ese trato por parte de las autoridades".
Tardón lamenta que "la situación en el marco de las violencias sexuales sigue siendo desoladora".
Para atender a las víctimas, el Consejo de Europa recomienda crear un centro de crisis por cada 200.000 mujeres. En España, no hay ninguno, el primero se abrirá en unos meses en Madrid. "Van a tener un centro abierto las 24 horas los 365 días al año con atención integral", defiende María Naredo, directora de Violencia de Género del Ayuntamiento de Madrid.
El caso de 'La Manada' evidenció que nuestro Código Penal tampoco pasa el examen, por eso el Gobierno trabaja ya en cambios eliminando el antiguo abuso sexual para cumplir con el Convenio de Estambul que establece que no es no.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.