La Esclerosis Múltiple (EM), que es una enfermedad inflamatoria del sistema nervioso, es la segunda causa de discapacidad neurológica en pacientes de entre 20 y 40 años, según datos de la Esclerosis Múltiple España.

Esta patología produce un fallo en el sistema inmunológico que reacciona atacando a la mielina, que es una sustancia que ayuda a la transmisión de los impulsos nerviosos.

El número de personas que padecen esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 20 años, en la que las causas podrían estar en el tabaco, la falta de vitamina D o la dieta.

En España, la esclerosis múltiple afecta a 47.000 personas, en Europa a más de 700.000 personas y en el mundo a 2.5 millones, y cada año se descubren 1.800 nuevos casos.

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, la Sociedad Española de Neurología (SEN) apunta que el tabaco, el déficit de vitamina D, la escasa exposición a la luz solar y el cambio de dieta podrían estar implicados en este aumento.

Según la SEN, otros factores podrían ser la maternidad o la ausencia de la misma, así como por el incremento del consumo de sal y de obesidad. Todos ello, unido a los progresos que se han hecho en los últimos años para que el diagnostico de sea cada vez más temprano y poder así frenar mejor sus síntomas y signos.

En un reciente estudio de la SEN realizado entre pacientes españoles donde se observa que "el 72% de los afectados ven afectada su productividad laboral debido a su enfermedad, siendo la fatiga (92%) la principal razón".

También en otro estudio se muestra que "un 75% de los afectados por esclerosis múltiple cuenta con certificado de minusvalía, un 50% necesita de apoyo para deambular y un 23% necesita silla de ruedas".

Los síntomas principales que presentan la mayoría de afectados son brotes propios de la enfermedad que persisten 24 horas. Existen tratamientos farmacológicos que regular la actividad inflamatoria para reducir o eliminar la fatiga general y debilitante, los problemas de movilidad y pérdida de equilibrio, las alteraciones del estado de ánimo, los cambios en el ritmo del habla, la visión borrosa o doble, el dolor muscular y la sensibilidad al calor.

La medicación, una vida de hábitos saludables en la alimentación y ejercicio moderado y terapias como la neurorehabilitación pueden ser una posible solución para ayudar a la mejora del modo de vida de las personas que sufren esta enfermedad.