Una pareja ha sido acusada de retener y violar en dos ocasiones a una mujer en Valencia para dejarle embarazada y quitarle al bebé, ya que presuntamente la mujer no podía tener hijos. El hombre al que se acusa de violar a la joven ha negado los hechos: "Eso es absurdo. Nunca he sabido que mi mujer no pudiera tener hijos", ha reiterado en el juicio.

Su compañera, también acusada, se ha defendido en los mismos términos: "¡Menudo plan era ése pudiendo tener yo hijos!", ha ironizado.

La pareja se ha sentado este martes en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia acusada de dos delitos de violación y un delito contra la integridad moral, por los que la Fiscalía reclama 19 años de prisión para cada uno. Además, para el hombre pide dos años más por un delito de lesiones.

"Ella -la víctima- hacía una vida normal, iba a un curso de azafata y a la piscina. Las relaciones sexuales eran consentidas". Así se han manifestado los dos acusados durante la vista, que han defendido su inocencia y, es más, han aseverado que fue la víctima la que en una ocasión agredió a la acusada.

Los hechos se remontan a julio de 2017, cuando la víctima se fue a vivir con la pareja. El acusado ha afirmado que la conoció en una tienda del centro de Valencia y, tras pedirle ayuda, decidió invitarla a su vivienda con el beneplácito de su pareja. Desde ese día, ha afirmado, tuvieron relaciones sexuales "consentidas", y en ocasiones participaba también la acusada.

"Se daban besitos", ha narrado. También ha negado haberle pegado o haberle amenazado, y "nunca ha estado retenida". "No la golpeé nunca ni le quemé ni nada. Yo solo intentaba ayudarle. Ella estaba muy deprimida, la pobrecita", ha repetido.

"Era mi paisana y dije... Voy a echarle un cable. Le daba cada día 50 euros y no le cobrábamos la habitación", ha proseguido el acusado, quien ha añadido que la víctima tenía llaves de la casa y "tomaba porros y pastillas para la depresión".

"Siempre hacía su rutina habitual. Iba de compras, a la peluquería, a hacerse la manicura... Le quitaba dinero a mi mujer del monedero y luego me enteré", ha apostillado.

La acusada se ha manifestado en el mismo sentido. Ha explicado que le pareció "bien" que la víctima fuera a su casa y que al principio tenían relación de "amistad". "Mi expareja me lo comentó y no vi inconveniente en que viniera a vivir con nosotros. No pagaba absolutamente nada y tenía relaciones sexuales con mi pareja. Yo a veces intervenía con unos besos", ha narrado.

Al respecto, ha indicado que no le hacía "gracia" hacer esto pero "tenía que hacerlo". Ocurría tras "beber mucho alcohol", ha puntualizado. Preguntada por si le ofreció 100.000 euros para que tuviera un hijo y se lo diera, ha dicho que "no", que no disponía de ese importe. Y sobre si la violaron para este propósito, ha respondido: "¡Menudo plan ése pudiendo tener yo hijos! Mi pareja y yo estábamos bien, teníamos buena vida y no estaba en nuestros planes tener hijos".

La acusada, quien ha aseverado que "nunca" vio pegar su marido a la víctima, aunque "sí" le agredía a ella, ha afirmado que la denunciante "hacía lo que le daba la gana": "Yo en la medida de lo posible intenté ayudarla todo lo que pude", ha subrayado.

Así mismo, ha negado que le quitara el móvil o que le acompañase siempre a la piscina: "Yo no soy el guardián de nadie". Por último, ha asegurado que estaba "arrepentida" y, preguntada por el motivo, ha dicho: "Yo no soy persona de hacer daño a nadie, aunque considero que no hice daño".

La declaración de la víctima

La víctima, quien ha estado en tratamiento psiquiátrico por estos hechos, ha explicado que las dos primeras semanas con la pareja había una "buena relación" y se fue a vivir con ellos para trabajar de interna. "Me pareció genial y me encargaba de la casa", ha indicado. Tras ello, le ofrecieron dinero para tener un hijo y, al negarse, "las cosas cambiaron".

Ha explicado que empezaron episodios en los que ella se desnudaba, le daban droga y pastillas y alcohol y abusaban sexualmante. "También me pegó él con un bate de béisbol y me clavó un cuchillo. Me amenazaron de muerte a mí y a mi familia. Estaba muerta de miedo, bloqueada, no sabía qué hacer, cómo salir. Era surrealista", ha afirmado, para añadir que le hacían test de embarazo.

"Estaba siempre vigilada. Cuando cogía el móvil, siempre estaban al lado. Me obligaban a quedarme en el sofá mientras él me asustaba, me pegaba y ella se reía. Cuando teníamos relaciones, él las grababa pero yo no lo sabía porque estaba bajo los efectos del alcohol", ha señalado.

Por su parte, dos agentes de Policía que detuvieron a la pareja han explicado que acudieron a una vivienda tras un aviso de que había un hombre con un cuchillo que iba a agredir a una mujer.

Allí vieron a la víctima muy nerviosa, sudada, llorando y bajo efectos de alguna sustancia calmante. El acusado lo negó todo pero en un momento oyeron cómo susurró a su pareja: "Ya no va a poder ser lo del hijo y hay que tirarla de casa". Esto fue a finales de julio.