Turistas desnudos en este supermercado del barrio de la Barceloneta, ante el estupor del dependiente, que termina echándolos. Con las manos vacías, o casi, los chicos salen a la calle para continuar con la diversión.

Los vecinos esperan que, al menos, hagan sus necesidades en un baño. Están agotados de ver cómo el barrio se convierte en un todo incluido: alojamiento y barra libre de incivismo. Y más fotos que sacan los propios vecinos: conversaciones telefónicas desde la cornisa, tertulias de a dos con cerveza cerca y los pies colgando, peligrosos arrumacos que rozan el ‘balconing’.

Chicas tumbadas en una colchoneta en mitad de la calle, o sin más ropa que unos zapatos y un bikini. Dicen que la Barceloneta es el nuevo Lloret de Mar, otro Magaluf, y que una de los orígenes del problema es la proliferación de apartamentos ilegales que se alquilan incluso por días.

La pasada noche se manifestaron delante de una de las agencias que dicen, alquilan apartamentos turísticos. Así hasta que el Ayuntamiento mueva ficha, porque se niegan ver su barrio morir, aunque sea de éxito.