Un termómetro sobre un coche en una calle con árboles y sombra marca una temperatura de 31 grados. A pocos metros, sin árbol, el medidor alcanza los 48. En una fachada de un edificio con una fachada de un edificio con vegetación la temperatura se establece sobre los 27 grados a la sombra. En otra en la que no hay árboles, esta es de 38.

Según organizaciones como Ecologistas en Acción, el aumento es más que notables: entre 10 y 15 grados. Enrique Gutiérrez, de Ecologistas en Acción Andalucía asegura que también depende del tema biológico de los propios árboles, según su biomasa.

Ramírez asegura que en calles sin árboles el asfalto transmite más calor. Los árboles también son un pilar fundamental para la lucha contra el calor.