Dos de los fuegos que han asolado España en el verano de 2021 se han originado por un coche incendiado. El vehículo prende, se aparta en el arcén de la carretera y es entonces cuando las llamas se extienden por el campo. Así ha comenzado el gran incendio de Ávila, y también el de Cádiz. Pero ¿Por qué se incendia así un coche cuando vamos conduciendo? Dos son los motivos que provocarían que las llamas envolvieran el vehículo en un abrir y cerrar de ojos.

Algún cable suelto que provoca un cortocircuito o un manguito que pierde combustible; combustible que cae en una superficie muy caliente y que prende. Arturo Miguel, experto del RACE, nos explica detalladamente esta cuestión poniendo de ejemplo el estado de un motor: "Puede haber muchas zonas de polvo, manguitos en mal estado, cables sueltos...". Es raro, pero si nos pasa, lo primero que hay que hacer es mantener la calma.

Porque no, el coche no va a estallar inmediatamente en 1.000 pedazos como en las películas. El fuego es progresivo. "Puede haber algún tipo de explosión mínima de algún componente, pero no de forma espectacular", ha señalado Arturo Miguel. Como tenemos tiempo, hay que buscar un lugar para parar en el arcén que esté lejos de vegetación. Todo con el objetivo de que el fuego no pase al campo.

En este punto es fundamental parar el motor para interrumpir la circulación de combustible y aceite por la zona incendiada. Y muy importante: no abrir el capó. "De esta forma, lo que estamos haciendo es avivar el fuego porque, al abrir el capó, lo que estamos haciendo es permitir la entrada de oxígeno, por lo que el fuego se va a avivar", nos ha precisado Arturo Miguel. Pero tenemos más 'prohibiciones' importantes.

Por ejemplo, tampoco debemos echar agua u otro líquido sobre el motor incendiado: podríamos extender a otras zonas el cumbustible en llamas y empeorar los daños. Llevar un extintor en el coche sí puede ayudar a evitar que termine quemándose todo el vehículo. Pero lo más recomendable es resignarse y priorizar nuestra seguridad: alejarse, ponerse en la dirección opuesta al humo para no ahogarse y llamar a emergencias.