El paradero del cuerpo de Jesús Mari Baranda, jubilado de 67 años y vecino de la localidad cántabra de Castro Urdiales, continúa siendo una incógnita. Su cabeza apareció en una caja en casa de la vecina de su pareja, María del Carmen Merino. Ella aceptó guardar esa caja después de que la principal sospechosa del crimen se lo pidiera explicando que en su interior había "juguetes sexuales" y le daba "vergüenza" que alguien descubriera el contenido de la misma.

Tiempo después, la caja en cuestión comenzó a desprender un fuerte olor. Lo que se hallaba en su interior era la cabeza de Jesús Mari, envuelta en papel de aluminio y en hasta nueve bolsas de basura, tal y como publica 'El Periódico'.

El mismo medio apunta a que Jesús Mari dejó firmado un testamento a nombre de su entonces pareja, María del Carmen Merino, principal acusada de la muerte de éste. Por tanto, las autoridades podrían centrar la investigación en el móvil económico tras descubrir que la novia del fallecido tuvo acceso en todo momento a sus cuentas bancarias y que éste dejó además un testamento con ella como principal beneficiaria. La Guardia Civil de Cantabria habría confirmado estos datos.

Pero María del Carmen siempre ha tratado de desligarse del crimen. La acusada, que ingresó en la prisión cántabra de El Dueso como principal sospechosa de la muerte de Jesús Mari, asegura que ella recibió la cabeza en la puerta de su casa y optó por conservarla como recuerdo de su pareja: "Me dejaron la cabeza en la puerta y la guardé porque era el único recuerdo que tenía de él".

Antecedentes por estafa

La mujer detenida en relación a la desaparición de su pareja en el municipio cántabro de Castro Urdiales estafó al novio de su tía 6.600 euros.

María del Carmen, detenida como sospechosa del conocido como crimen de la cabeza, tiene antecedentes por dos estafas llevadas a cabo en 2013 y 2017.

Una de las estafas fue en Vigo, en el año 2013, y la otra, más reciente, en 2017. En este último caso, primero entró en casa de su tía y el novio de esta para robar documentación bancaria y 300 euros. Más tarde, cuando esta pareja rompió, la ahora detenida y su tía estafaron al hombre 6.600 euros.

Una motosierra y unos sicarios

La Guardia Civil también maneja sobre la mesa de investigación la compra de una motosierra en febrero, el mismo mes en el que desapareció Jesús Mari, cuya cabeza apareció en una caja que su mujer le entregó a una vecina.

Según El Correo, el aparato en cuestión fue comprado por Internet en un comercio dedicado a la venta de herramientas de trabajo en febrero de 2019, el mismo mes que desapareció Jesús Mari. A pesar de que los agentes vinculan la motosierra al crimen, no ha trascendido si la compra la hizo la propia sospechosa u otra persona.

Además, la investigación de la Guardia Civil contempla la posibilidad de que María del Carmen contratara a unos sicarios para que llevaran a cabo el crimen.

Se trata de una hipótesis que se desprende del estudio de las cuentas económicas de la mujer, donde aparecieron unos datos elocuentes para la Guardia Civil: la detenida retiró 12.000 euros en los días posteriores al momento de la muerte.

Pero ese dinero no habría sido extraído de sus cuentas, sino de las de su propio marido, a las que ella tenía acceso. Precisamente, la propia María del Carmen explicó a los agentes en el momento que se inició la investigación por su desaparición que él se había marchado con ese dinero: "Se fue de vacaciones y, al volver a casa, cogió 12.500 euros y se marchó".

El primo de Jesús fue quien denunció no tener noticias de él en marzo. Entonces comenzaron las investigaciones de los agentes, que acudieron a la casa donde María del Carmen residía con él y, sin rastro del desaparecido, ella misma les aseguró que se había ido voluntariamente: "Se ha ido de casa porque ya no me quería".