La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha avisado de que el mundo se enfrenta a unbrote de hepatitis "de origen desconocido" que afecta a los niños. El organismo trabaja "codo a codo" con los científicos y los responsables políticos de los países afectados con el objetivo de comprender la causa de esta infección. Y no es el único. Por su parte, investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera han publicado recientemente las conclusiones de su análisis sobre las posibles causas de la citada patología: señalan que una de las hipótesis más defendidas es "la respuesta anormal a la infección por adenovirus", en relación con la falta de exposición de los niños a este virus durante la pandemia.

"El adenovirus es un patógeno común en la infancia, que causa síntomas respiratorios o gastrointestinales leves. Una de las posibilidades de la progresión a una hepatitis aguda grave sería la falta de exposición a este virus entre los niños durante la pandemia, a causa de las medidas de aislamiento decretadas para contener el SARS-CoV-2", explica la catedrática de Microbiología de la CEU UCH y una de las autoras del estudio, Teresa Pérez Gracia, en declaraciones al medio de la citada universidad.

Así, la experta añade que una agudización de la infección por adenovirus también podría ser efecto de una infección previa con SARS-CoV-2 o por otro virus o de la coinfección. En este sentido, los investigadores de la universidad valenciana señalan que hay evidencias de que el SARS-CoV-2 se detecta durante más tiempo en niños que en adultos, pues persiste en el tracto gastrointestinal. Por otro lado, una de las autoras del estudio explica en su cuenta de Twitter que la liberación repetida de la glicoproteína S en el epitelio intestinal produciría la activación del sistema inmunitario.

"La proteína S actuaría como un superantígeno, una clase de Ag que provoca una activación excesiva e incontrolada del sistema inmunitario: activación inespecífica (policlonal) de linfocitos T y liberación masiva de citoquinas (pequeñas proteínas que regulan la función celular). Si una respuesta normal del sistema inmunitario activa menos del 0.001 % de los linfocitos T, un superAg activa hasta el 20 %. Muchas toxinas bacterianas o moléculas virales pueden actuar como superAgs que generan una respuesta inmune inespecífica masiva. La activación continua y repetida por coinfección con AdV, potenciaría un síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C) que conduce a una hepatitis aguda. Este síndrome aparece en un pequeño porcentaje de niños y es grave requiriendo hospitalización. El hígado es uno de los órganos más frecuentemente afectados. De hecho, el 43% de los casos de MIS-C resultan en hepatitis. Se cree que la causa es el deterioro de la barrera intestinal, con el virus escapando al torrente sanguíneo y causando inflamación".

Al mismo tiempo, recuerdan que un estudio sugiere que la exposición previa a la variante Omicron (B.1.1.529) puede estar asociada con un mayor riesgo de hepatitis grave en niños. "Esto indica una necesidad crítica de estudios de cofactores", añaden. Con todo ello, el equipo de investigadores - compuesto por Teresa Pérez Gracia, la investigadora de la Cátedra ESI-CEU Beatriz Suay García y el doctorando Antonio Tarín Pelló - señalan que la hipótesis más probable sería la relación de dos circunstancias: la infección por SARS-CoV-2, con acumulación de virus en el intestino y salida de proteínas virales a la sangre por aumento de permeabilidad intestinal, y una infección por adenovirus que sensibiliza el sistema inmunitario y provoca una reacción exagerada con la subsiguiente inflamación del hígado.

Eso sí, todas estas hipótesis siguen sin probarse. De hecho, la autora de la publicación insiste: "Ante una situación tan compleja como esta, hay que mantener la mente abierta a todas las explicaciones posibles".