Le tira del cabello, la arrastra varios metros y la lanza al suelo. Acto seguido le propina un pisotón y una brutal patada a la mujer embaraza de cinco meses.

La escalofriante escena tiene lugar en una gasolinera australiana. Ella intenta huir hacia la tienda, pero es interceptada por su pareja y agresor. Él, salvajemente le asesta hasta tres puñetazos para volver a derribarla al suelo con extrema violencia.

El atacante, con claros síntomas de embriaguez, no cesa con el ensañamiento. Y la historia se repite: ella trata de escapar y él prosigue con su paliza atroz.

La barbarie continúa varios minutos hasta que la víctima logra entrar en la tienda. Por fin ha encontrado refugio, el dependiente llama a la Policía y bloquea la puerta, pero la pesadilla no termina ahí.

El agresor, al ver que no puede entrar, decide coger su coche, no para irse, sino para empotrarlo contra el establecimiento. Por poco alcanza a su novia, pero afortunadamente no es atropellada. Ella y su bebé se han salvado de milagro.

El hombre acaba de ser condenado a apenas cinco años de prisión por su terrible paliza.