Elena de Vesa, no tiene una talla 38 pero no le importa. Para ella el calificativo gorda no es un insulto: "Una vez que aprendes a reírte de ti mismo, te autodenominas gorda y desarmas al resto, deja de ser un arma".
Por su talla ha sufrido desde siempre la sombra de la 'gordofobia': "Voy por la calle y sin hacer nada, alguien me grita gorda, gorda asquerosa, adelgaza, ballena… ¿Por qué? Eso es la 'gordofobia'".
Asociaciones como Stop Gordofobia luchan por una mejor imagen de la gente con sobrepeso. Carlos Savoie, cofundador de la asociación, explica por qué la palabra gordo tiene un mal significado: "Ser gordo es algo sinónimo de tristeza, fracaso. La felicidad es ser delgado, triunfo. Ese mensaje hace que estar gordo sea algo no deseable".
Creen que los cánones de belleza actuales no representan una belleza ideal y que la gente delgada no necesariamente es un ejemplo de salud.
El psicólogo Abel Llort explica que "acabamos asumiendo que la salud es sinónimo de estar delgado y no nos damos cuenta de que los gordos hacen ejercicio, se cuidan y que son tan validas o más que las personas delgadas".
Por eso, Elena lucha por subir la autoestima a gente con sobrepeso y que se quieran como son basándose en su propia experiencia: "Si tú te quieres como estas y te parece que estas estupenda así, genial. Si es lo que te atormenta, por lo que sea, te decimos: hazlo, pero por los motivos correctos no por lo que los demás te digan". Porque la felicidad no depende de la talla.