Lo único que quiere Cristóbal es seguir vistiendo la bata blanca. Es jefe de reumatología de un hospital valenciano, donde dice que lleva toda la vida. Pero ahora que ha cumplido los 65, la Generalitat quiere jubilarlo a la fuerza. Lo mismo le pasa a Ricardo. Este médico de 67 años consiguió la prórroga para seguir trabajando hasta los 70 y no quiere que le obliguen a dejar a sus pacientes.
Pero estos médicos aún tienen esperanza. De momento, la justicia valenciana ha suspendido cautelarmente su jubilación forzosa, mientras se resuelve el recurso que han puesto los sindicatos. Critican que se está sacrificando la experiencia por dejar de pagar los sueldos más altos. Y confían en que en Valencia ocurra lo mismo que en Castilla-La Mancha, donde el Tribunal Superior de Justicia acaba de tumbar las jubilaciones forzosas y obligará al Gobierno de Cospedal a readmitir a los cientos de médicos despedidos que querían seguir ejerciendo.
En Madrid, estos facultativos también tenían la prórroga concedida y también les echaron a la calle. El TSJM también tendrá que decidir si les permite, como ellos quieren, seguir ejerciendo hasta los 70.