Laura y Guillermo son una pareja madrileña que ha vivido un calvario por culpa de una negligencia médica del ginecólogo privado en el que tenían depositada toda su confianza en el embarazo de su hijo.

Según informa el diario 'El Mundo', todo sucedió el 22 de noviembre de 2016 cuando ella, en la semana 39 del embarazo y con la cesárea programada para el día después, tuvo una revisión en HM Hospitales de Torrejón. Allí le dijeron que tenía que buscar a su ginecólogo de manera urgente. Algo no iba bien.

Eran las nueve de la mañana y su médico no podía atenderla hasta las cuatro de la tarde por lo que decidieron acudir a un hospital público de Madrid. Los médicos del hospital observaron que el ritmo cardíaco del bebé era débil y que no podía esperar a nacer al día siguiente porque había sufrimiento fetal.

"Me preguntaron si quería quedarme ingresada en ese mismo momento, pero yo preferí hacerlo con mi ginecólogo privado, que para eso lo había seguido todo él. Me dijeron que me fuera para allá directamente, y que tenían que hacerlo ese día", explica Laura.

A pesar de que le mostraron los informes del hospital, su ginecólogo contestó que "el niño no estaba mal" y que tenían reservada la habitación para el día siguiente. "Se empeñó en que no", relata. Cuando llegaron al Hospital Nuevo Belén, lugar donde se le había seguido el embarazo, le conectaron los monitores. Había latido y esperaron hasta el día siguiente.

Unas horas fatales para el bebé, cuyo corazón ya no latía cuando llegó el médico: "El ginecólogo llegó con su maletín, le dijeron que no había latido y contestó 'eso es una tontería, no puede ser'. Luego puso él mismo el monitor, nos miró y dijo 'es verdad, no hay latido'".

La historia no terminó aquí y es que Laura y Guillermo se enteraron después de que su médico de confianza estaba enfermo de cáncer y recibía quimioterapia mientras trabajaba como ginecólogo. "¿Cómo iba a seguir bien el embarazo estando así? Pero nadie nos lo dijo", apunta Laura en declaraciones a 'El Mundo'. De hecho, falleció pocos meses después por esta enfermedad.

Ahora la justicia ha indemnizado a la pareja con 65.000 euros por esa negligencia a pesar de que, según denuncian, la aseguradora del centro privado buscó todo tipo de vericuetos para exculpar al médico.