Las imágenes parece surrealistas. Detienen a un niño negro de 12 años en Sacramento, California. Se llama Isaiah. Dice que estaba en un carnaval cuando uno de sus acompañantes le pidió ir al coche a por cambio. El vigilante de seguridad del párking le acusó de estar robando. La policía se lo lleva a rastras hasta el coche patrulla.

Le agarran por el cuello, y la persona que está grabando toda la escena le recrimina su acción: "¡Cuidado! ¡Le vas a ahogar! ¿Qué estás haciendo? ¡Quítale las putas manos del cuello!". El chaval se resiste y es reducido. "Mirad, brutalidad policial", denuncia el testigo.

Los agentes alegan que les ha escupido: "Me ha escupido tres veces en la cara". Su solución: le ponen una bolsa en la cabeza. Según la Policía, una 'máscara antiescupitajos'. Isaiah grita: pide que se la quiten. "No puedo respirar, no puedo respirar", grita. Pero le meten en el coche con ella puesta.

"Esperad, va a venir mi madre...". Según la policía, actuaron según el procedimiento establecido. Para el abogado de Isaiah, Mark T. Harris, es un caso de racismo. "Mi cliente ha vivido una experiencia que nadie tan joven debería vivir (...). No toleramos que nuestra comunidad sea tratada como este joven". La policía le acusa de resistencia a la autoridad.