Hasta ahora, Payton Leutner nunca había hablado públicamente sobre lo que le sucedió en un bosque de Wisconsin el 31 de mayo de 2014, cuando tan solo tenía 12 años. Allí, su supuesta mejor amiga y otra compañera de clase la apuñalaron hasta en 19 ocasiones. Sus cicatrices dan testimonio de ese terrible momento, pero también son muestra de su increíble fuerza para vivir.

"He llegado a aceptar todas las cicatrices que tengo", ha afirmado Leutner en una entrevista para 'ABC News', añadiendo: "Es solo una parte de mí. No pienso mucho en ellas. Probablemente se irán y desaparecerán eventualmente". "Siento que es el momento de que la gente conozca mi versión y no la que cuentan los demás", ha expresado la joven de 17 años.

Slenderman, un personaje ficticio de terror

Los hechos tuvieron lugar en 2014 y se conoció como 'El apuñalamiento de Slenderman', un personaje ficticio de terror en el que, supuestamente, se inspiraron las dos niñas para planear el asesinato de Payton Leutner. Letither ha contado que Geyser, su mejor amiga, se obsesionó con Slenderman, al igual que su otra compañera de clase, Weier. Sin embargo, nunca pensó que pudiesen llegar a cometer tal atrocidad.

El 30 de mayo, las tres niñas habían celebrado una fiesta de pijamas con motivo del cumpleaños de Geyser. A la mañana siguiente, las dos jóvenes convencieron a Leutner para ir a un bosque. Allí, mientras se preparaban para comenzar lo que la víctima pensaba que sería un juego de escondite, Weier le dijo a Leutner que se acostara. "Me dijo que me tirara al suelo y me cubriera con palos, hojas y cosas para esconderme", ha recordado.

Según el testimonio de Weier en los juzgados, fue Geyser la que con un cuchillo de cocina que había cogido de su casa, apuñaló reiteradamente a Leutner. Sin embargo, la joven ha dicho que no recuerda mucho de aquel brutal ataque, tras el que las dos niñas se marcharon del bosque y dejaron a Payton Leutner en el suelo desangrándose. "Creo que me levanté y agarré un par de árboles y luego caminé hasta que encontré un trozo de hierba donde podía acostarme", ha indicado a 'ABC News'.

Fue allí, donde un ciclista la encontró y llamó a Emergencias. "No podía concentrarme mucho porque mi cuerpo estaba trabajando muy duro para mantenerse con vida", ha señalado.

Además, ha contado que mientras estaba en el hospital le dijo a su madre que "todo iba a estar bien". Los médicos del Hospital ProHealth Waukesha Memorial realizaron una cirugía de urgencia. Las puñaladas que había sufrido en sus brazos y piernas solo habían dañado el tejido blando, pero los dos en su torso habían golpeado los órganos principales. Uno le había cortado el diafragma, dañando su hígado y estómago. La otra casi había penetrado en su corazón y perdió una arteria principal.

"Si el cuchillo hubiera ido más allá del ancho de un cabello humano, no habría vivido", dijo el doctor John Kelemen, quien operó en Leutner, a ABC News en 2014.

Duerme con unas tijeras "por si acaso"

Tras seis horas de cirugía, lo primero en lo que pensó Leutner al despertar fue en dónde estaban sus atacantes. "Recuerdo que lo primero que pregunté después de despertar fue en si las habían atrapado", ha indicado, añadiendo que se sintió "aliviada" al escuchar que la Policía había detenido a las dos menores.

Su recuperación fue difícil, tanto física como emocionalmente. Ella ha reconocido que estaba muy asustada después del ataque y que dormía en la cama con su madre para no estar sola por la noche. Incluso hoy en día, cinco años después, ha dicho que duerme con unas tijeras bajo la cama "por si acaso".

Sin embargo, según ha expresado la mujer, lo que más le sorprendió no fue el apuñalamiento en sí, sino el hecho de que las dos menores confesaran que lo habían hecho y que llevaban "mucho tiempo planeándolo para demostrar que Slenderman era real".

Trata de llevar una vida normal

Desde el ataque, Leutner trata de llevar una vida normal. Está en el último año de secundaria y tiene pensado estudiar una carrera relacionada con la medicina, inspirada por lo que le ocurrió para poder salvar y ayudar a otras personas.

Por su parte, Weier y Geyser fueron condenadas a estar internas en un centro de salud mental 25 y 40 años, respectivamente.