Isabel se recuperaba en el hospital de Ourense de una paliza tan brutal que la dejó inconsciente en la UVI. Presuntamente fue Aniceto, su  pareja, el autor de la agresión. La Guardia Civil le investigaba, pero no había pruebas para deternerlo, por eso  descansaba junto a ella en el hospital.

“Ha habido una agresión, supuestamente por el compañero sentimental de una de las ingresadas con un arma blanca”, asegura Bernardo de Prado, portavoz de la Polícia Nacional.

Sin ninguna protección, Isabel estaba siendo custodiada por su asesino. Un error incomprensible para las asociaciones de mujeres maltratadas. “La jueza no le concedió una orden de protección y se hubiera, incluso, podido solicitar una orden de alejamiento de su marido y esto no hubiera sucedido porque no se hubiera podido acercar a ella en el hospital y habría estado protegida con todas las garantías legales”, denuncia Lorena Avellán, de la Asociación MUM de mujeres maltratadas.

En su casa de Verín fue donde Aniceto presuntamente la golpeó, después puso una denuncia falsa asegurando que alguien había agredido su mujer. Pero su versión no convencía a la Guardia Civil. Era sospechoso pero a pesar de ello dormía junto a su víctima en el hospital.