La falta de control y la masificación en los centros de menores lleva muchas veces a que las redes de explotación sexual intenten captar a niñas, tal y como ha pasado en la Comunidad de Madrid, Valencia o Mallorca. "A mí me contactó una chica, me dijo que era muy guapa y que una noche con un chico me daban 200 euros", relata una de estas menores.

Redes de prostitución y abusos que pasan desapercibidas ante sus responsables. "Es obvio que si una niña que tiene 10 euros de paga y cada semana viene con unas zapatillas nuevas, un móvil o ropa nueva, que no se la compra el centro y sus padres no tienen dinero para comprárselo, pues de algún sitio tiene que salir", apunta otra menor tutelada.

Algunos de los que han estado en esas instalaciones aseguran que estar dentro "es como estar en la calle" y "te puede pasar cualquier cosa".

Su desesperación les lleva a ellas a introducirse en el mundo de la prostitución, tal y como explica una testigo: "Yo he vivido con mis propios ojos amigas de prostituirse ellas mismas para poder tener un techo y comida donde estar esos días en los que no estábamos en el centro".

Redes que a veces parten de estos mismos centros ofreciéndoles una vida de lujos: "Me han llegado a contar prostitución por parte de los monitores. Nos ofrecían una vida mejor, una vida más fácil a cambio de tener un futuro resuelto".

Con personal insuficiente, algunos educadores creen que no se pone el foco en el lugar correcto. "No se trabaja tanto con los menores y también se debería trabajar más con los captadores", apunta Sandra Peralta, extrabajadora de un centro de menores.

Para algunos profesionales, el problema también está en quien atiende a los menores, tal y como explica la presidenta del Colegio de Educadores de Valencia, Norma Gonzálvez: "El profesionalizar este sector es una realidad que no se da en todo el territorio español". Fallos en el sistema, vulnerabilidad y menores. Un coctel peligroso.