El racismo empieza con gestos crueles como este de un muñeco que rechazó dar la mano a dos niñas negras. Las pequeñas estaban disfrutando de un desfile de Barrio Sésamo. En el personaje de Rosita, baila, choca los cinco a los niños, pero al llegar a las dos niñas negras pasa de largo. Les niega con la mano y se va.
"Después de decirles que no con la mano, se acerca a la familia que teníamos al lado y abraza a otra niña. Mis niñas querían saber por qué las ignoraron. Qué habían hecho mal", cuenta la madre, que tacha el trato de racista.
Una ola de denuncias
Estas imágenes han iniciado una oleada de denuncias con vídeos similares. En las que el muñeco aparece pasando de largo de diferentes pequeños, todos ellos con algo en común no son blancos.
Varios personajes públicos como la cantante Kelly Rowland han pedido explicaciones por estas acciones. "Llego a ser yo la madre y prendo fuego a todo el desfile", ha sentenciado por el acto que claramente considera racista y exige responsabilidades.
La respuesta de la compañía
Barrio Sésamo ha asegurado en un comunicado que su muñeco está devastado. Que no tenía la intención de ser racista. Si no de no saturarse con todas las peticiones de niños para que los cogiera.
Más Noticias
Suspendido (otra vez) el desahucio de una mujer a la que querían expulsar de su piso por una deuda de 88 euros
Muere un niño de 2 años al caerse desde un tercer piso en Astigarraga
El momento en el que decenas de migrantes son obligados a saltar al agua desde una lancha: "¡Salta ya, vamos!"
España sigue a la cola en pobreza infantil en la UE y la OCDE, según denuncia Unicef
Entregado al juzgado el informe pericial del teléfono de Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo
"Es una conducta francamente asquerosa e inaceptable", asegura el abogado de la familia. No es la primera vez que denuncian un trato similar por parte de otros personajes. Una conducta que contrasta con los valores que ha defendido siempre esta serie.
Sigue de baja laboral
La víctima de Dani Alves pide para él 12 años de prisión y exige una multa por las secuelas psíquicas
La joven, que ejerce la acusación particular en el caso, exige, además de la prisión, que sea condenado a una pena de tres meses de multa con una cuota diaria de 150 euros al mes por el delito de lesiones, ya que sigue de baja laboral por las secuelas psíquicas de la agresión.