En la actualidad, Antonio Tejero vive gracias a su pensión, a la de su mujer y a lo que gana con los cuadros que le encargan. Y es que el exteniente coronel de la Guardia Civil descubrió su gran pasión en la cárcel: la pintura. Un hobby que convirtió en su profesión ya que sus retratos y paisajes están tan cotizados entre la ultraderecha, que los llega a vender por 2.400 euros.

Antonio Tejero ha huido de los focos, de los periodistas y se ha recluido en su familia, pero, ¿quién es quién en la familia Tejero?, ¿a qué se dedican sus hijos y nietos? Esta es la radiografía de los Tejero.

Carmen Díez Pereira: su mujer. Maestra de profesión e hija de un guardia civil Carmen Díez Pereira tuvo seis hijos con el exteniente coronel, tres chicos y tres chicas. Carmen y Dolores: las dos hijas mayores. Ambas están casadas con militares, una con un General de División y otra con un Coronel del Ejército de Tierra y posteriormente comisario de Policía.

Antonio: el guardia civil. Antonio es el el único hijo de Tejero que ha seguido los pasos de su padre, aunque afirma que por culpa de su apellido no ha podido lograr sus objetivos profesionales. La casualidad hizo que un 23 de febrero de 2010, Antonio fuera ascendido del cargo de jefe del Grupo de Reserva de Seguridad de un cuartel de Valdemoro a teniente coronel, como lo hiciera años atrás su padre.

Otra de las anécdotas que deja esta tradición familiar es que el hijo de Antonio Tejero fue encargado de proteger el Congreso de los Diputados. A Antonio, le sigue la última hija de la pareja formada por Carmen Díez Pereira y Antonio Tejero, Elvira.

Ramón: el sacerdote. Tras Elvira llegó Ramón, el sacerdote de la familia. Aunque éste rompiera la tradición familiar, ha tenido siempre el apoyo de su padre, como se pudo ver cuando Tejero acudió, entre aplausos y vítores y durante un permiso penitenciario, a su ordenación como sacerdote.

Pero no solo ha tenido el apoyo de su padre, Ramón es uno de los verdaderos pilares de la familia. Incluso, llegó a enviar una carta a los medios hablando de su padre y contando cómo vivió el 23F: "Al salir de la capilla, con una mirada penetrante -y me atrevería a decir que trascendente-, contempló la Bandera Nacional y, con voz serena, tranquila y gallarda, me dijo: 'Hijo, por Dios y por Ella hago lo que tengo que hacer...'. Y, con un beso en la mejilla, se despidió de mí".

Juan: el último. El benjamín de la familia sí ha seguido con la traición, y es que también optó por la carrera militar. Juan es sargento jefe en un puesto en Ávila. Así es la familia de Antonio Tejero, en donde el sentimiento castrense está arraigado aunque con el paso del tiempo se haya debilitado, concretamente en la tercera generación: tres de los 16 nietos de Antonio Tejero son guardias civiles.