En su declaración, Carlos R.I. asegura que le resulta "raro" que las denuncias vengan de "un grupo de amigos" y que los hechos estén "cortados todos por el mismo patrón", a pesar de que en estos últimos nueve meses no haya tenido contacto con ninguno de ellos.
En otro momento de la declaración señala que "los niños demandan afecto" y él les abrazaba si lo pedían. "Que besos en la boca ninguno, por supuesto. Que su comportamiento ha sido normal. Que no se han producido cachetes en el culo a ningún niño o niña", agrega el acta que añade que lo que sí hacía era darles ánimos si tenían algún problema como suspender un examen.
También niega que los niños se sentaran en sus rodillas, aunque sí puede ser que alguno se apoyara en sus piernas, apoyando con el trasero. "Que en estos casos niega que ni siquiera accidentalmente le haya rozado los genitales ni el culo", señala.
Además, relata que tuvo un incidente con unos padres que le dijeron que su hijo le acusaba de morderle la oreja, algo que él niega. Tras esto, mantuvo tutorías con los padres, pero no le volvieron a comentar nada.
Tras comparecer, el juez ha acordado mantenerle en prisión preventiva a instancias del fiscal y las acusaciones particulares. La defensa pidió su puesta en libertad.