La EPA le ha dado alas al optimismo de Mariano Rajoy: "Estoy muy contento y además creo que las cosas van a ir bien y a mejor. Falta mucho, pero van a ir a mejor".

Una alegría, la del presidente, contra la que no ha tardado en cargar la oposición: "Su frase no ha sido la más afortunada, debería haber dicho preocupación y no estar contento". Dicen que Rajoy debería abrazar el descontento, sólo con echar un vistazo a la estadística que deja su mandato. La ocupación ha seguido cayendo, y el paro escalando.

Tras dos años de Gobierno, el mercado laboral no ha dado el salto que el PP esperaba. La calidad del empleo se ha resentido, y en este tiempo han desaparecido un millón de empleos estables, mientras sube la temporalidad.

Hablando de conclusiones tras la EPA, cada uno tiene las suyas. Algunos piden más madera, otros piden echar un vistazo a cómo ha empeorado el drama en los hogares y echar un cable a los parados de larga duración. Y frente a estas propuestas, y ante la crudeza de las cifras, el Gobierno insiste. El PP lo tiene claro: los motivos para compartir el optimismo de Rajoy llegarán.