Ha tirado de selfie para presumir de que estuvo invitado en la proclamación de Felipe VI. Pero no es del todo cierto. El pequeño Nicolás enseñó como prueba un correo electrónico de invitación a Palacio, pero no se leía su nombre salvo en la línea de destinatario. Tampoco mostró la invitación oficial, nominativa y necesaria para entrar en el palacio.
En su reaparición Francisco Nicolás ha presumido de hablar como si nada con don Juan Carlos y su entorno. Otro de los episodios más surrealistas de esta historia es el viaje a Ribadeo. Ese en el que Nicolás se dedicó a grabarse en vídeo. Allí se citó con el responsable de Alsa, que reservó mesa en un restaurante.
Pero no para dos, porque alguien, haciendose pasar por resposnable de Zarzuela, le dijo que allí se iba a presentar el rey Felipe VI. Nada de eso. De ninguno de los cochazos bajó el Rey. Sólo un chaval, Nicolás que hizo sospechar de que había algo raro.
Ahora, el pequeño Nicolás ha insistido en que dice la verdad. Pero los organismos con los que dijo colaborar no han tardado un minuto desmentirle.