El testimonio de este
infiltrado en ETA ha sido difundido por la cadena SER, que ha velado su voz
para mantener su anonimato por seguridad y que ha informado de que confirmó la
veracidad de este testimonio con el cuerpo policial que supervisó su actividad
en ETA.
"Voy a tener miedo
toda la vida", ha declarado el infiltrado en ETA, que llamó un día por
teléfono desde una cabina a una comisaría de policía para ofrecer su ayuda.
"Eran los años de los atentados, un día sí y otro también" y
"pensé que tenía que hacer algo".
Asegura que pasó mucho
miedo, que llegó a tener una posición elevada dentro de la organización
terrorista. "Me mandaron integrar el aparato militar, y eso fue bastante
bueno por lo eficaz que resulto". "Te enseñan a matar, a fabricar
bombas, a hacer contravigilancia, te enseñan la maldad".
Por eso, asegura que,
tras huir como un militante más a Francia, se sintió aliviado cuando le detuvo
la policía francesa, tras más de diez años de militancia en ETA como
infiltrado. Asegura que los militantes de la hoy desaparecida ETA ignoran su
identidad y el doble juego que estuvo realizando para el Ministerio del
Interior.
Su familia sigue en el
País Vasco, donde todavía afirma que hay odio y rencillas. Es consciente de que
muchos etarras han acabado en la cárcel por él. "No quiere ni
pensar", afirma, lo que ocurriría si se conociera su identidad,
"quizás pagar con mi familia y a mí me intentarían matar", sostiene.