El avión que cubría para Air Algérie la ruta entre Uagadugú y Argel "se podría haber desintegrado en tierra", ya que los restos se han encontrado "concentrados", lo que significaría que no estalló en vuelo, señaló el secretario de Estado francés de Transportes, Frédéric Cuvillier. Cuvillier subrayó que con los primeros elementos disponibles "algunas causas del siniestro se han descartado, en particular el lanzamiento de un misil".

El secretario de Estado avanzó que "teniendo en cuenta el estado del avión, es muy poco probable o incluso imposible que haya supervivientes". Añadió que habrá que tener en cuenta, para explicar la causa de siniestro, las "muy malas" condiciones meteorológicas que se daban en la zona, y que llevaron a la tripulación a cambiar de itinerario, pero también un posible incidente técnico o una acumulación de circunstancias.

Indicó que los testigos en el punto en el que cayó el avión, en la región maliense de Gossi, cerca de la frontera con Burkina Faso, dicen que se percibe un fuerte olor a queroseno, lo que indicaría que los depósitos de combustible no se fracturaron en el aire antes de chocar contra el suelo, y que no ardieron por una eventual explosión en vuelo.

El responsable de Transportes se mostró convencido de que "sabremos muy rápidamente" si hubo "un problema técnico u otros elementos explicativos" que se añadan a la difícil situación meteorológica ya conocida que "es una realidad", puesto que un destacamento militar francés se dirige al punto donde se estrelló el MD-83 de la compañía española Swiftair. También van a trasladarse a la zona expertos del organismo oficial francés encargado de la investigación de accidentes de aviones, el BEA, y gendarmes especialistas en el transporte aéreo.

Preguntado sobre si el avión se encontraba en buen estado para volar, Cuvillier respondió afirmativamente, y para justificarlo recordó que había sido objeto de un control por parte de la Dirección General de la Aviación Civil francesa el pasado martes en Marsella, con ocasión de una escala.