Año 2011, Feria Valencia despide en un ERE a 106 trabajadores, mientras, algunos directivos disfrutaban de una visita al Moulin Rouge de París. Un viaje, según 'El Mundo', cargado con unas tarjetas sobre las que no habría ningún control. Por su parte, la Generalitat le quita importancia: "No hay tarjetas black, hay tarjetas de crédito".
Entre los propietarios de estas tarjetas, el expresidente Alberto Catalá, la exdirectora general Belén Juste, o los exdirectivos Carlos de Vargas y Enrique Calamarde. Con ellas, se habrían financiado viajes a Budapest, Zúrich o Costa Rica, además de presuntamente regalos a la alcaldesa Rita Barberá, presidenta del Patronato. "La presidencia del Patronato no tiene ni la menor competencia ejecutiva. Quieren relacionarme con cualquier tema de corrupción".
Un argumento que a la oposición no le vale. "Es ridículo asegurar que la Feria tiene una naturaleza privada, que nada tiene que ver con lo público. Si es así, que el agujero de 1.000 millones de euros lo pague la señora Barberá y sus amigos". laSexta Noticias ha podido hablar con uno de los propietarios de estas tarjetas. Asegura que todos los viajes fueron autorizados y por motivos de trabajo.