Los simpatizantes de Segi han organizado un "muro popular" con el objetivo de impedir la detención de tres condenados por pertenecer a ETA. A diferencia del domingo, la Ertzaintza no se ha andado con contemplaciones a la hora de retirar el muro ladrillo a ladrillo, entre un mar de porrazos, pisotones, puñetazos, tirones de pelo o de nariz. Una de las peor paradas, una joven que se resiste a abandonar el muro, que obliga al agente se emplea a fondo para soltarla.

Pero la resistencia ha sido estéril. El muro ha sido arrasado por los ertzainas y los tres condenados han sido detenidos. Tras gritar algunas proclamas y ser aplaudidos por la muchedumbre, afrontan ya una condena de seis años de prisión por integración en banda armada.