Dos meses y dos investiduras fallidas después, el PP entra en el juego pero quiere empezar de cero. "Es un acuerdo que está muerto y enterrado cuyas exequias fueron el pasado día 4", explica Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso.
Los populares añaden que sólo quieren reuniones cara a cara. "No estamos por el mènage à trois, estamos por las relaciones bilaterales, me parece que son más sólidas, más estables y duraderas", explica Hernando.
Aunque el PSOE y Ciudadanos han vuelto a escenificar que están juntos, que el pacto está vivo y que el sitio del PP, dice el PSOE, es la oposición. "El Partido Popular debe colaborar desde la oposición en la gobernabilidad de España", ha explicado Jordi Sevilla, del PSOE. Por su parte, Antonio Hernando ha dicho que "el objetivo es hablar con el PP, no crear un cordón sanitario para que no se victimice".
Mientras, por la izquierda el camino tampoco se desbloquea, la reunión a cuatro prevista no se ha celebrado porque no iban ni PSOE ni Izquierda Unida. "La reunión sólo tiene sentido si van los cuatro", ha dicho Alberto Garzón, líder de IU.
Aunque Pedro Sánchez no da por desactivada del todo esta vía, en un entrevista ha dejado la puerta abierta a que Iglesias sea su vicepresidente, lo que provocaría la espantada de Ciudadanos. "Es imposible que nosotros estemos dentro de ese Gobierno con Podemos", explica Fernándo De Páramo, de Ciudadanos.
La fecha límite para ponerse de acuerdo el 2 de mayo, y si nadie cede, la cita segura será la de todos con las urnas.