Ciudadanos ha experimentado este 14F uno de sus días más oscuros desde que se consolidara como una de las principales fuerzas de la política española. Si bien en 2017 la formación naranja se hizo con la victoria en las elecciones Catalanas, en los últimos comicios su mayoría se ha visto reducida hasta en 30 escaños.

Ante esto, la preocupación en torno a la cúpula de Ciudadanos —y a la propia figura de Inés Arrimadas como líder— ha hecho que sobre el seno del partido sobrevuele la idea de una posible dimisión de la dirigente.

Concretamente, como apuntan fuentes del partido a laSexta, han catalogado la campaña de este 14F como "un desastre". Además, aunque el cargo de Arrimadas no está cuestión, estos aseguran que demandan "cambios" en la estrategia a seguir en el futuro.

Aun así, tal y como ha confirmado la mandataria, renunciar no forma parte de sus planes: "Yo voy a seguir adelante en este proyecto, además con el apoyo del partido", expresa.

En esta línea, Arrimadas insiste en que dimitir no es la mejor solución: "Si esto solucionara el problema, estaríamos en otro escenario. Pero la verdad es que no. Viendo las circunstancias ... este partido fue el que asumió responsabilidades hace apenas un año.", sentencia.

En redes sociales, varios diputados de Ciudadanos han hecho público su malestar por la no asunción de autocrítica.

Al hilo de las declaraciones de Arrimadas, también se ha pronunciado en Espejo Público Carlos Carrizosa, el candidato naranja a los comicios y principal objeto de la derrota sufrida este 14F: " Nos esperábamos que si la participación bajaba mucho (y así ha sido), sí que podían darse estos resultados", afirma.

Así, Carrizosa achaca en todo momento la hecatombe electoral a la escasa movilización del electorado constitucionalista: "No supimos movilizar esa franja. El PSC ha ganado con medio millón de votos menos de los que sacamos nosotros al ganar. La movilización ha afectado a todos", insiste.

Arrimadas también recoge esta idea. De nuevo, durante su entrevista con Onda Cero remarca que con un porcentaje de participación cercano al 50% "las proyecciones eran malas, y se han cumplido". Aun así, esta vuelve a defender su trabajo, así como el de su equipo: "Si la mayor crítica que me hacen en Catalunya es no haberme presentado a la investidura, estoy satisfecha".

Sin embargo, también ha querido concluir sus declaraciones con autocrítica: "Claro que la no participación no ha sido la única razón de perder 30 escaños, y claro que hemos cometido errores. El principal es no haber seguido siendo el motor para sacar al constitucionalismo de la abstención", concluye.

El enfado de la ejecutiva de Ciudadanos

Tras la debacle electoral, la número uno del partido ha convocado una reunión de urgencia esta tarde, que será presencial en la Ejecutiva Nacional, para abordar el futuro de una formación que ha visto cómo, de unos comicios a otros, ha perdido gran parte de su influencia sobre el electorado no independentista.

Ante esto, como han expresado algunos miembros de dicha Ejecutiva a laSexta, el enfado por la "falta de autocrítica" de la dirección se ha convertido en mayúsculo.

A pesar de que insisten en que el puesto de Arrimadas no está en peligro, demandan diversos cambios. En primer lugar, aseguran que "nadie" defiende la campaña efectuada por la formación. Entonces, piden la destitución de Carlos Cuadrado, la persona encargada de preparar la estrategia del 14F.

Denuncian que el malestar con la cúpula de Arrimadas está latente desde hace tiempo. Así, aseguran que el partido es "más vertical que nunca", critican que las decisiones se toman de forma unilateral y, de nuevo, focalizan su enfado en la figura de Cuadrado, así como en la de José María Espejo (cuya cabeza también reclaman): según estos miembros del partido, antes de que él se pusiera al frente de la campaña las encuestas vaticinaban entre 15 y 20 escaños.