Carles Puigdemont lo dijo y lo mantiene, habrá referéndum, pase lo que pase: "Todo estará preparado para que se pueda celebrar, con urnas, papeletas, para que el referéndum funcione". El 1 de octubre tendrán más de 6.000 urnas. Puigdemont declara que el Gobierno no puede quitárselas: "Se pueden requisar drogas, dinero negro... pero unas urnas no me parecen un instrumento con el que se pueda cometer un delito".

Por su parte, la portavoz de 'Junts Pel Si', Marta Rovira, avisa de que "si hubiera una ofensiva del Gobierno español para retirar las urnas, movilizaremos a los ciudadanos". Con esa contundencia el president asegura a 'La Vanguardia' que no tienen miedo a nada: "La esperanza y el compromiso es mucho mayor que los miedos y temores".

Tampoco a las advertencias de Rajoy ni a la posibilidad de ser inhabilitado por parte del Estado: "Yo eso no lo puedo aceptar, porque las circunstancias en que uno deja de ser president lo regula el Estatut". Sólo aceptarían y temen, en declaraciones de su vicepresident a 'La Razón', una inhabilitación por parte de los ciudadanos, a ellos, les pide que no caigan en la provocación del Gobierno sino en la seducción del referéndum: "Os invito a seducir y dejar seduciros con este compromiso", indica Oriol Junqueras.

Además, Junqueras lo deja claro: el referéndum será vinculante más allá de la participación. Un porcentaje que como tampoco se ha negociado a Puigdemont le parece que "lo que vale son las reglas del juego en estos procesos habituales del Estado español".

El president también destaca estar dispuesto a tener esa conversación pendiente con Mariano Rajoy, pero cree que el presidente no le llamará ya que su interlocutor con el Gobierno, a pesar de tener una relación educada con la vicepresidenta, confiesa que es poco fructífera. Ambos coinciden en que si tras el referéndum gana el 'no' convocarán elecciones autonómicas.