A poco más de 24 horas para la Diada, Carles Puigdemont mantiene su desafío: "Hay una nueva legalidad catalana, amparada en la legitimidad de las elecciones de 2015 y, por tanto, esta legislación prevalece". Una nueva legalidad que el Tribunal Constitucional ya ha rechazado. "Esta ley del referéndum nació absolutamente muerta" defiende Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos en el Parlament.

De seguir adelante con la ley del referéndum, desde el PP, Maroto advierte a los independentistas: "Quien la hace, la paga. Sea ese quien sea". Pero para el PDeCat, Neus Munté defiende que no habrá tales consecuencias: "Estoy convencida de que esto no pasará. Por tanto, no valoro este escenario de inhabilitaciones masivas".

Jordi Turrull defiende que se trata de un momento que se recordará en la historia de Cataluña: "Al igual que celebramos el 11S de 1714 de aquí, muchos años se hablará del 1-O de 2017. Como miembro del Govern haremos todo y más y de la manera catalana como en el siglo XXI, pacifica otra que los catalanes decidan su futuro".

La Diada podría ser, según la CUP, un primer aviso de ese cambio: "Esperamos que sea la última Diada autonómica y, por lo tanto, estamos en un proceso de destitución del régimen del 78" defiende Nuria Givert, portavoz del secretariado Nacional de la CUP.

Desde Podemos, Pablo Echenique asegura que el 1 de Octubre debería unir, no seguir dividiendo: "Espero que ese dos de octubre nos sirva para recomponer lo que se haya podido fracturar en este periodo".

Pero la herida ya está hecha, asegura Miquel Iceta, que dice que si el Govern hace promesas imposibles, no puede después culpar a otros: "Rechazamos el llamamiento temerario, imprudente e irresponsable de Puigdemont que pretende enfrentar a la ciudadanía con los alcaldes. La responsable es la Generalitat, no los ayuntamientos".

Y ante las presiones que según varios alcaldes catalanes están recibiendo de Puigdemont, Mariano Rajoy ya les ha asegurado que cuentan con todo el apoyo del Estado.