La imagen de José María Aznar acompañando al cabeza de lista del PP para las europeas, Miguel Arias Cañete, era una de las más esperadas de las últimas semanas, y el expresidente no ha defraudado y ha dejado a todos muy clarito que él no es historia en el partido y sigue teniendo mucho que decir.
La polémica que ha causado la ausencia de Aznar en la campaña -primero se quejó de que el partido no le había invitado y después adujo problemas de agenda- se ha querido zanjar hoy con un foro organizado por el diario ABC al que no ha faltado casi nadie de la cúpula popular. Eso sí, algunos han estado solo en la foto y no ha habido apenas gestos de complicidad con el expresidente del Gobierno, tan solo los piropos de su amigo y coprotagonista de este acto.
Y ha sido Cañete, ministro con los dos presidentes populares, quien ha advertido de que el PP "no se entiende sin Aznar". Por algo sigue siendo el presidente de honor, como él mismo hoy ha recordado no sin cierta ironía al sumar este cargo al de "militante cualificado" con el que le definió hace poco quien fuera en su etapa de gobierno portavoz del partido, el diputado Rafael Hernando.
Ha sido un pequeño tirón de orejas que no ha pasado desapercibido en un día marcado por la expectación mediática y en el que todos los ojos y oídos estaban puestos en las palabras y los gestos de los participantes al acto. Aunque dichos gestos han sido pocos, al menos a la vista de los medios de comunicación: en la foto de familia posaban, entre otros, Aznar y Cañete con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Ha sido una foto correcta, sin salidas de protocolo, y tras la cual Cospedal y Aznar no han cruzado palabra.
El expresidente hablaba con la número dos del Ejecutivo mientras la secretaria general platicaba con el candidato. Cospedal, al igual que el presidente madrileño Ignacio González, se ha tenido que ir justo después de la foto, por "compromisos parlamentarios", según ha dicho el propio Aznar en su intervención cuando caballerosamente ha agradecido su asistencia y la de los principales invitados.
Y nada más empezar a hablar ha puesto los puntos sobre las ies: si estaba en este acto era no sólo por su amigo Cañete, también por su compromiso con el PP. Un compromiso "político y biográfico" que Aznar ha hecho valer para pedir a todos los populares que se movilicen para conseguir la victoria el 25 de mayo. Y el expresidente, en otras ocasiones más crítico con las políticas económicas de Mariano Rajoy, hoy ha cumplido con su papel electoral al advertir de que la recuperación "que ya se empieza a sentir", sólo la puede impulsar el PP.
No se ha olvidado Aznar de avisar del peligro que vive, en su opinión, la Unión Europea, por la amenaza de los partidos antieuropeístas y por los populismos, que están poniendo en riesgo, ha dicho, lo construido hasta ahora. Por eso ha subrayado la necesidad de que el Parlamento Europeo lo configuren los partidos grandes, los que han llevado a la UE a ser lo que es, en línea con lo que los dirigentes del PP llevan repitiendo durante toda la precampaña.
En ese escenario, Aznar ve a Miguel Arias Cañete como una garantía de "continuidad y solvencia". Y ha sido entonces cuando ha recordado a otro de sus hombres de confianza, hoy fuera ya del círculo del poder popular: Jaime Mayor Oreja. Todo en un discurso en el que el expresidente no ha nombrado a Mariano Rajoy, de quien sí se ha acordado el cabeza de lista de los populares. Y es que Miguel Arias Cañete no ha reparado en elogios, tanto para Aznar como para Rajoy, los dos presidentes en cuyos gobiernos ha tenido "la suerte" de ser ministro. El candidato no ha escondido su devoción por Aznar, hasta el punto de confesar que colecciona todas sus conferencias y ha reivindicado la figura del expresidente como el artífice del impulso del PP como auténtica alternativa de centroderecha. Y donde otros ven malos rollos y polémicas, Cañete ve sólo "zarandajas y ruido".
EL PP HA ARROPADO A AZNAR PARA EVITAR POLÉMICAS