El líder de CiU, Artur Mas, ha tomado posesión como presidente de la Generalitat en un acto en el que ha afirmado que su Govern, que se reunirá por primera vez el 27 de diciembre, fruto de un pacto con ERC, "no será de ruptura sino una evolución del anterior".
Mas, mostrando su lado más conciliador, ha afirmado que haría "todo lo que estuviese en su mano" para evitar "un choque entre barcos". El líder de CiU ha sido más duro al pedir al Gobierno central que "no ponga rejas a la libertad de expresión del pueblo catalán". Un mensaje que escuchaba el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el único representante del Ejecutivo central en el acto. Montoro, en compañía de Alicia Sánchez-Camacho, fue recibido entre abucheos.
"Si no se hace nada, si no hubiera esta voluntad de cambio, nuestro rumbo como país sería un rumbo a la deriva". Así lo ha asegurado en su primer discurso como "president" poco después de que, ante la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, prometiera el cargo "con plena fidelidad al Rey, a la Constitución y al pueblo de Cataluña". En el acto solemne en el Salón Sant Jordi de la Generalitat, al que han asistido autoridades y líderes de los partidos políticos, la presidenta del Parlament le ha impuesto la medalla que le distingue como presidente de la Generalitat.