Nuevo mapa lingüístico en la zona de Aragón. La lengua aragonesa propia del área oriental, es “lapao”, que se habla en la franja de Aragón, más o menos entre Benabarre y Mequinenza. Su prima segunda, la Lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y pre pirenaica será conocida como “lapapyp”, ubicada en la zona noreste de Huesca.

A pesar de las evidencias, la consejera de Educación y Cultura del Gobierno aragonés, Dolores Serrat, ha negado que el "lapao" sea una denominación oficial para las diversas modalidades lingüísticas utilizadas por los habitantes de la Franja Oriental de la Comunidad y ha lamentado la "intromisión" catalanista en el debate.

Serrat asegura que en la ley de lenguas aprobada este jueves por las Cortes de Aragón no se habla de "lapao" ni de "lapapyp", sino que se trata de acrónimos creados por la oposición de forma ficticia a partir de las referencias hechas en el texto legal a las lenguas propias del área oriental de la Comunidad y a las lenguas propias del área pirenaica y prepirenaica.

Para la consejera, el uso con "sorna" del acrónimo "lapao" por parte de los grupos de oposición en el Parlamento aragonés y de los partidos catalanistas supone una "falta de respeto" a la Comunidad de Aragón que no responde a la realidad de lo que refleja la nueva ley.

A este respecto, afirma que el texto legal aprobado pretendía acabar con la cooficialidad "ficticia" del aragonés y del catalán que había impuesto la anterior ley, que en su opinión hubiera supuesto con el tiempo la desaparición de la gran riqueza patrimonial lingüística de Aragón. La responsable política ha insistido en que la ley constituye una herramienta activa para la defensa de estas variedades lingüísticas propias de la Comunidad aragonesa, además de garantizar su pervivencia.

En relación a las críticas surgidas en Cataluña, Serrat se ha mostrado contundente al pedir a los responsables de las formaciones catalanistas "que vayan y pregunten qué se habla en el Valle de Arán, o en Valencia, o en Mallorca". "En Aragón -ha continuado- hablamos una gran variedad de lenguas y nosotros teníamos el compromiso electoral de resolver este tema, sin imponer ni prohibir nada, por lo que la intromisión desde Cataluña nos parece intolerable". La consejera ha insistido en que cada territorio del país debe ordenar su propio patrimonio lingüístico, con "respeto" hacia los demás y sin permitir "presiones".