Antonio Banderas ha manifestado durante la entrega del Premio Nacional de Cinematografía 2017, en el marco de la 65 edición del Festival de San Sebastián, que aunque a veces está "orgulloso" de España y otras no, no puede evitar quererla.
El malagueño ha repasado las palabras que forman el título del galardón que entrega el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y ha señalado que el término "nacional" es "la estrella del día" y "la clave", por lo que los otros dos, "especialmente en los tiempos que se están viviendo, quedan eclipsadas".
El actor ha expresado además que pasó "de la niñez a la mayoría de edad de manera paralela a cómo el país pasaba de la dictadura a la democracia". "Viví los últimos rescoldos de un régimen autoritario y los primeros de la experiencia de la libertad. Creí entonces y ahora en ese proyecto común llamado España y a veces estoy orgulloso de él y a veces no pero no puedo evitar quererla", ha comentado.
No obstante, ha matizado que "a pesar de ese cariño" ha procurado mantener despierto este espíritu crítico" porque considera que "uno de los retos a los que se enfrenta España es la maravillosa imperfección". "Lo que tenemos por delante es una prueba de carácter y la voluntad para sobreponerse y crecer. A veces me pregunto si ese reto no es en sí mismo lo que debería ser llamado España", ha indicado.
En cuanto a la palabra "premio", Banderas, que llegó a San Sebastián procedente de Sudáfrica, ha recordado la mañana en la que recibió la noticia del reconocimiento, en la que decidió cambiar el té por "huevos y tocino" y en la que incluso le desapareció el dolor de espalda porque, tal y como ha manifestado, "los premios representan un gran estímulo tanto intelectual como físico".
Para el término "cinematografía", ha indicado que "el cine tiene un alma propia, rebelde y propia que reclama su propia autonomía y puede ser usada por todos quienes tengan algo que decir".
Banderas prefiere no hablar de su trayectoria como "carrera" porque considera que solo tendrá sentido cuando acabe y cuando se muera. "Pero a pesar de los chistes que me cuenta mi corazón a veces no entra en mis planes. Me quedan muchas orejas por cortar", ha asegurado.
Banderas (Málaga, 1960) ha recibido este premio en el Prisma del centro internacional de cultura contemporánea Tabakalera de la capital guipuzcoana, en lugar del Museo San Telmo en el que tradicionalmente tiene lugar esta entrega. La dotación económica del galardón -30.000 euros- irá destinada a la Escuela Nacional de Arte Dramático de Málaga, donde estudió.