El 'no' de la CUP a Artur Mas ha desencadenado de inmediato una oleada de críticas. Carme Forcadell, presidenta del Parlament, reconoce que se equivocó con la CUP: "Siempre he pensado que al final la CUP ayudaría a hacer realidad el mandato democrático del 27S. No ha sido así. Me equivoqué y mucho".

Por su parte, Jordi Sánchez, presidente de la ANC, pedía disculpas: "A todos aquellos que confiaron en la ANC cuando pedimos el voto a cualquier opción independentista el 27S y hoy os sentís engañados, os pido perdón".

Tras el rechazo a Mas, el PSC avisa a Junts pel Sí de dar otros nombres. Assumpta Escarp, número dos de la formación, avisa: “Ellos son quienes deben poner otro nombre encima de la mesa o bien ir a otra convocatoria de elecciones, pero esto demostraría que no estamos hablando de independencia sino de un nombre, que es el de Artur Mas”.

Desde Cataluña Sí que es Pot, su líder, Lluís Rabell, defiende la postura del partido antisistema: “La CUP ha mantenido la palabra dada. Hace falta formar una mayoría de progreso que haga posible el rescate ciudadano, el proceso constituyente y el referéndum".

El líder del PP catalán, Xavier García Albiol, aboga por "devolver la normalidad a Cataluña": “En cinco años, cuatro elecciones autonómicas en Cataluña, tres de ellas anticipadas. Nuestro proyecto pasa por devolver Cataluña a la normalidad”.

En Ciudadanos se ven ganadores en caso de nuevas elecciones. Carlos Carrizosa, diputado en el Parlament de esta formación se expresa optimista: “Junts pel Sí irá por separado, creemos que tenemos opciones de ganar estas nuevas elecciones”.

Un rosario de reacciones a una decisión que arroja varias incógnitas sobre el futuro del Gobierno de Cataluña y del proceso independentista.