Compañeras de cartel electoral sí, pero con diferencias notables. Una presume de ADN político. Esperanza Aguirre dice sentirse "liberal y patriota". Cifuentes prefiere no polemizar sobre cuestiones ideológicas: "No voy a entrar en una competición sobre si soy más liberal, me parece absurdo".
Aguirre irá a la manifestación convocada contra el aborto por el Foro de la Familia porque "hay que dejar claro que el aborto no es un derecho, si no, los médicos y las enfermeras no podrán tener derechos a la objeción de conciencia y ese sí me parece un asunto importante".
Cifuentes nunca ha ocultado su discrepancia en la materia: "A favor de la vida, a priori está todo el mundo, lo que ocurre es que hay determinadas circunstancias en las que hay mujeres que tienen que tomar una decisión muy difícil.
Ahora toca hacer campaña. A Aguirre no le ha importado airear las desavenencias con la direcciona nacional aunque el asunto "ha quedado perfectamente zanjado", afirma ella misma.
Cifuentes, en cambio, prefiere lavar los trapos sucios en casa: "Me da la impresión de que al ciudadano no le importan los asuntos de partido"
Hasta lo de prometer tolerancia cero contra la corrupción tiene sus grados. La candidata a la presidencia madrileña se compromete a ser "vigilante y cuidadosa para que no haya personas imputadas ni personas inmersas en procesos judiciales que tienen que ver con corrupción".
Aguirre, ahora quiere ir mucho más allá: "Quien quiera estar en el Ayuntamiento se deberá someter al escrutinio". Condenadas a entenderse, pero a ganar en sus plazas, estarán juntas en su presentación oficial como candidatas.