Turquía ha vuelto a bombardear posiciones en territorio de la vecina Siria, en respuesta a un nuevo obús caído en la provincia meridional de Hatay. El proyectil cayó en un terreno baldío cerca del pueblo turco de Güvecci, a pocos centenares de metros de la frontera siria, sin causar muertos ni heridos, informó la agencia de noticias Anadolu.
Una unidad militar estacionada en la zona respondió de inmediato al fuego, siguiendo un protocolo que ya parece haberse convertido en rutina en los últimos días. Otro obús había caído este viernes, en otro pueblo de la misma provincia, provocando también una respuesta de la artillería turca.
El último proyectil fue disparado durante los densos combates que el ejército regular sirio y grupos rebeldes libran alrededor del pueblo de Harapjoz, en la fronteriza provincia siria de Idlib, señala Anadolu.
Ya son tres los obuses que han caído en Turquía desde el que mató el miércoles a cinco miembros de una familia turca en el pueblo de Akçakale, en la provincia de Sanliurfa, unos 250 kilómetros más al este. El ministro turco de Economía, Zafer Çaglayan, ha asegurado que "el régimen sirio vive sus últimos momentos y no tiene ya más oxígeno", según recoge Anadolu.
Estados Unidos ha anunciado que apoyará a Turquía en cualquier acción que lleve a cabo en relación al conflicto en Siria, después de que varios misiles cayeran en territorio turco, según ha confirmado el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest.
Washington ha expresado así su respaldo a una posible acción militar por parte de Turquía, una posibilidad que el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, ha avivado este viernes tras el recrudecimiento de las tensiones entre Siria y Turquía en la frontera.
"Apoyaremos de forma certera a Turquía cuando actúen porque creemos que dicha acción es apropiada", ha afirmado el portavoz de la Casa Blanca. Estados Unidos "condena la violencia y las acciones agresivas de los sirios", ha añadido Earnest.