El príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II y segundo en la línea de sucesión a la corona británica, ha rechazado este jueves las acusaciones de racismo vertidas por los duques de Sussex, al afirmar que "no somos una familia racista".

El duque de Cambridge ha hecho esta breve afirmación durante una visita a una escuela en el este de Londres, donde le han preguntado por la entrevista que su hermano, el príncipe Enrique, y su cuñada, Meghan Markle, concedieron a la presentadora Oprah Winfrey.

En ese programa, divulgado el domingo en EEUU y el lunes en el Reino Unido, la duquesa, que es mestiza, reveló que un miembro de la familia real no identificado cuestionó en su día el color de la piel del hijo de la pareja, Archie, de casi 2 años de edad.

Al ser preguntado en la escuela si había hablado con su hermano después de la entrevista, el duque de Cambridge contestó: "No, todavía no he hablado con él pero lo haré".

En un mensaje conciliador, el palacio de Buckingham ha señalado el martes que la familia real estaba "entristecida" tras conocer el sufrimiento de los duques de Sussex y reconoció que los problemas que estos expusieron en la televisión estadounidense eran "preocupantes, especialmente el del racismo".