Shinzo Abe ha confirmado su intención de renunciar próximamente como primer ministro de Japón por razones de salud, aunque no ha precisado la fecha en la que abandonará el Gobierno. "Mis condiciones de salud no son perfectas. Una salud pobre puede derivar en decisiones políticas erróneas (...). He decidido renunciar como primer ministro", ha afirmado en una rueda de prensa.

Abe ha explicado que la colitis ulcerosa crónica que le obligó a renunciar en su primer mandato ha regresado recientemente, y el tratamiento que debe recibir exige una revisión continua y vigilada. El 12 septiembre de 2007, poco más de un año después de que asumiera por primera vez la jefatura de Gobierno, anunció que renunciaba al puesto a causa de ese mal, y fue reemplazado el 26 de septiembre por Yasuo Fukuda.

Aunque se anunció que se había curado gracias a un nuevo fármaco, el asunto comenzó a resurgir en las últimas semanas con una primera visita al Hospital Universitario de Keio, el 17 de agosto, para lo que oficialmente se calificó como una "inspección médica regular".

Sin embargo, una semana después, Abe regresó al mismo hospital para exámenes adicionales y conocer los resultados de los análisis anteriores, según dijeron sus portavoces. Fuentes próximas a Abe dijeron a medios locales que ya en junio pasado tuvo que ser sometido a un chequeo previo, y la visita al hospital del 17 de agosto sólo sirvió para confirmar que la enfermedad había empeorado.

Esas visitas se produjeron en medio de versiones de un semanario, no confirmadas, que hablaban de que en julio había vomitado sangre, aunque sus más estrechos colaboradores decían que no tenía problemas de salud. Los síntomas del mal que padece Abe, que arrastra desde que era adolescente, conllevan un grave dolor abdominal y diarrea por los trastornos del intestino.

Estas complicaciones de salud se produjeron en medio de una etapa difícil para la gestión política de Abe principalmente por las medidas para contrarrestar la pandemia de coronavirus, que ha matado en Japón a 1.226 personas y ha infectado a más de 64.000. Hasta hace varios meses Abe dio frecuentes ruedas de prensa para explicar las medidas contra la pandemia, la última en la residencia del primer ministro (Kantei) fue el 18 de julio pasado, aunque tuvo breves comparecencias con los periodistas el 6 y el 9 de agosto en Hiroshima y Nagasaki al conmemorarse el 75 aniversario de las bombas atómicas arrojadas contra esas ciudades.

Algunos medios atribuyeron esa ausencia ante los periodistas acreditados en Kantei a los problemas de salud mencionados, a pesar de que, persistentemente, sus portavoces rechazaban esas complicaciones e insistían en que su salud era buena. Fuentes próximas a la agencia local Jiji Press dijeron que la decisión de Abe de renunciar se debe al riesgo de que la enfermedad que sufre empeore, y al adoptar este paso hoy evita una renuncia repentina por razones de salud.