Se trata de un programa de misiles de medio alcance que Rusia lleva probando desde hace al menos tres años y que ahora ya está en fase "operativa", según fuentes de inteligencia estadounidenses citadas por el periódico neoyorquino.
El programa ruso tiene ya dos escuadrones de esos misiles, uno de los cuales fue desplegado recientemente en un punto no identificado de ese país, mientras que el otro permanece en el polígono militar Kapustin Yar, en la región de Ástrajan, según el mismo diario.
Para la Casa Blanca, el despliegue de ese cohete de crucero supone una clara violación del Tratado INF para la eliminación de misiles nucleares de mediano y corto alcance, firmado en 1987 por los presidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov.
Cada uno de los escuadrones cuenta con cuatro plataformas de lanzamiento móviles y un "amplio" suministro de misiles, según el mismo periódico, que añade que esas plataformas son similares a las de los cohetes tácticos Iskander.
El programa ruso supone una gran preocupación para el Pentágono, que baraja varias opciones de respuesta, incluido el despliegue de defensas antimisiles adicionales en Europa o de misiles de crucero de base terrestre o aérea, según las mismas fuentes.
El Gobierno estadounidense ya intentó en 2014 persuadir a las autoridades rusas de corregir lo que considera una violación del tratado de 1987 mientras el programa estaba todavía en fase experimental.
El entonces presidente de EEUU, Barack Obama, envió a su homólogo ruso, Vladímir Putin, una carta en la que le comunicaba ese incumplimiento y le instalaba a volver a las condiciones que establece el tratado y a eliminar todo equipo prohibido de manera verificable.