Algunos se juegan la gloria en el Vaticano, otros como Francesco Zanardi, algo más importante: su lucha de años por la dignidad.“Lo que me hizo explotar es ver al cura que me había violado rodeado de niños”, nos cuenta indignado Francesco que ha ido a Roma para que el cardenal Carcaño, según él, encubridor de abusos, salga de cónclave.

Pero Francesc ha terminado arrestado.La Lucha de Francesco casi no aparece en los medios italianos como tampoco la de Mario y Antonio. Son un matrimonio de artistas críticos con Benedicto XVI que se sienten censurados por denunciar casaos de corrupción.

Un oscurantismo para el que muchos cristianos piden el fin. “Benedicto ha sido un teólogo muy conservador. Espero que el próximo sea más abierto para el mundo y para las mujeres”, asegura Chistian Weisner, miembro de la organización progresista católica ‘Somos Iglesia’.