Acabar con la emergencia climática cuesta dinero a los exportadores de crudo. Los ingresos de 40 países petroleros podrían caer de 17 billones de dólares a 9 billones de aquí a 2040 si se reducen las emisiones para limitar el calentamiento global a 1,8 grados.

Tal y como explica Miguel Aguado, divulgador medioambiental, estos estados "tienen un negocio que entra por caja todos los días y además condicionando la geopolítica, que no es un tema menor". No obstante, "su ritmo de negocio no se corresponde con el ritmo de necesidad del planeta".

Venezuela sería el más afectado porque es el que más depende del crudo, pero también pugna por sus intereses el mayor exportador del mundo: "EEUU, que tiene un gobierno ahora mismo que parece que es más sensible a estos temas, está cogiendo velocidad en seguir utilizando y salvaguardando su industria petrolífera", ha expuesto el experto.

Las grandes petroleras han ido dando marcha atrás en sus compromisos de transición energética. Un hecho sobre el que alerta Greenpeace, que asegura que no será un camino fácil "porque los intereses de las empresas fósiles se van a anteponer".

A la COP anterior, la de Egipto, acudieron 400 personas relacionadas con el sector de los combustibles fósiles. Sólo dos de las delegaciones nacionales eran más numerosas. Se espera que este año sean incluso más, dado que el anfitrión es un petroestado y que quiere utilizar la cumbre para llegar a acuerdos con al menos 15 países para extraer sus recursos de petróleo y gas.