La marcha llevó al frente una pancarta que expresaba el lema de este año, "Responsabilidad del Estado ayer y hoy", en alusión a los obstáculos que a lo largo de los años existieron para avanzar en las investigaciones que determinen el paradero de los desaparecidos y sus culpables.

Detrás de ella, se elevaban carteles que mostraban el rostro de la mayoría de los más de 200 uruguayos (hombres, mujeres y niños) que se calcula están desaparecidos.

Más allá de alguna risa o charla esporádica, la gran mayoría de los asistentes que invadieron las calles respetaban en silencio, con seriedad y algunos hasta con lágrimas, la conmemoración.

Rafael Michelini, senador oficialista e hijo de Zelmar Michelini, destacó luego de la marcha la aprobación en el parlamento de "la fiscalía especializada en derechos humanos y delitos de lesa humanidad" que, según el senador, le dará "mayor profesionalismo" a las investigaciones sobre los crímenes de la dictadura.

La Ley de Caducidad a la que hizo referencia, vigente desde 1986, amnistió a los responsables de las violaciones de derechos humanos cometidas hasta marzo de 1985, año en el que se restableció la democracia en Uruguay tras el periodo dictatorial.

Asimismo, el senador señaló que es necesario aunar esfuerzos para que "aquella bandera de verdad y justicia y nunca más terrorismo se pueda cumplir".

Durante la marcha, el silencio solo fue quebrado en las últimas cuadras cuando en los parlantes ubicados a lo largo de la avenida 18 de Julio para la ocasión comenzaron a nombrar a cada uno de los desaparecidos.

Entre medio de cada nombre, los uruguayos rompieron el silencio por unos segundos para gritar todos a la vez, "¡presente!", como señal de que los desaparecidos aún son recordados.

En el final, comenzó a sonar el himno nacional uruguayo, que fue entonado por todos y acentuado principalmente, en la estrofa que repite tres veces "tiranos temblad" para culminar la fría noche con un largo aplauso general.