El expresidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, depuesto hace un año por las actuales autoridades del país y refugiado desde entonces en Rusia, reconoció que quiere volver a Ucrania "para primero liderar un movimiento de protestas y luego participar en la defensa de la población".
"En cuanto tenga la posibilidad, volveré y haré todo lo que esté en mis manos para aliviar la situación en Ucrania", dijo Yanukóvich, de 64 años, en una entrevista al Canal Uno de la televisión rusa.
Se cumple un año desde que Yanukóvich fue depuesto de su cargo por el Parlamento ucraniano, que al constatar que había huido de Kiev en la madrugada del 22 de febrero, tardó apenas unas horas en acusarle de dejación de funciones para desposeerle de sus facultades de jefe de Estado.
"El poder no merece los costes que ha sufrido Ucrania tras los acontecimientos del 21 y el 22 de febrero de 2014. El país está destruido. Pérdidas territoriales, víctimas humanas, regiones enteras destruidas", hizo balance Yanukóvich del año que acaba de cumplir la revolución del Maidán.
El resultado del vuelco de poder en el que cristalizaron tres meses de protestas populares y los sangrientos disturbios del 18 y el 20 de febrero en Kiev ha sido según Yanukóvich la guerra en el este del país, "la arbitrariedad y la injusticia que reinan ahora en Ucrania".
En otra entrevista emitida por la televisión rusa, el exlíder ucraniano pidió a las nuevas autoridades del país que "dejen de humillar a la población del este de Ucrania" y que "garanticen la autonomía" de las regiones orientales. "No hay más camino" que la negociación directa entre las autoridades ucranianas y las autoproclamadas repúblicas popular de Donetsk y Lugansk, dijo Yanukóvich en otra entrevista.
El expresidente ucraniano, refugiado desde hace un año en Rusia, acusó a Kiev de discriminar a la población que vive en los territorios del este controlados por las milicias separatistas. Yanukóvich subrayó que los dos bandos enfrentados deben "avanzar paso a paso para recuperar la confianza" perdida, un proceso en el que según expresidente "deben participar necesariamente los países europeos y Rusia". "Ha muerto demasiada gente, muchos han sido humillados. Y para poder recuperar un nivel de confianza que nos permita vivir juntos, se necesita tiempo", concluyó.
La Interpol ha emitido una orden de búsqueda internacional contra el expresidente ucraniano por una serie de delitos financieros que le imputa la Justicia de su país, entre ellos apropiación indebida y malversación de fondos públicos.
Poco después de que un centenar de personas murieran hace un año en los disturbios de Kiev, las nuevas autoridades del país pidieron a la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, que lo procesara por crímenes contra la Humanidad por su responsabilidad en la represión de las manifestaciones