Sam Philpott, una británica de 22 años, viajó a Grecia en 2013, donde comió una cantidad significativa de queso de cabra sin pasteurizar.
Según ‘The Telegraph’, la joven cree que contrajo 'Brucelosis', una enfermedad infecciosa que se puede contraer al tomar productos lácteos sin pasteurizar de vaca, de oveja o de cabra.
En muchos países desarrollados dicha enfermedad está controlada gracias a la vacunación de los animales, sin embargo, puede ser transmitida si los productos no son pasteurizados y proceden de un animal infectado.
Philpott padece síntomas similares a los de la gripe, como migrañas, fiebre, mareos, debilitamiento, pero también otros mucho más graves como pérdida de memoria y del habla, insomnio e incapacidad para andar. Lejos de mejorar, desde que contrajera la enfermedad, ha ido empeorando y ahora se encuentra postrada en una cama con fuertes y continuos dolores.
"Quién iba a saber que el queso sin pasteurizar, con lo delicioso que es y las momentos de felicidad momentánea que me dio, podría causar este terrible dolor estoy sufriendo, este tipo de dolor que hace que quiera que acabe mi vida", explicó Philpott.
La joven se encuentra en tratamiento en Florida, Estados Unidos, donde es sometida a un procedimiento intravenoso de antibióticos y vitaminas que fortalecen su sistema inmunológico.
Según su hermano, es una de las peores pacientes que han visto en la clínica, en cuanto a los síntomas y al avance de la enfermedad.