El presidentechino, Xi Jinping, ha asegurado hoy que el país ha entrado en una nueva fase de la pandemia y ha pedido a la población más esfuerzo y unidad. Ha hecho estas manifestaciones durante un discurso televisado para conmemorar el Año Nuevo. Son las primeras manifestaciones dirigidas al público sobre el Covid-19 desde que su gobierno cambió de rumbo hace tres semanas y relajó su rigurosa política de bloqueos y pruebas masivas.

Aunque en China no se ofrecen cifras de contagios ni de fallecidos. Sin embargo, según estimaciones de la consultora británica Airfinity, se estarían registrando 9.000 muertos diarios. LaSexta ha charlado con Brais Mahia, español residente en China, quien lamenta que "no hubo progresividad". "Hemos pasado de las restricciones máximas, a no existir -el virus", señala.

Un giro de 180 grados empujado, según los expertos, por el hartazgo social. Javier Gil, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas señala que "al Gobierno le ha dado miedo de que las protestas siguieran más, y ha acabado aceptando cambiar la política de todo a la nada, por lo que ha abierto la mano".

Y esa apertura ha sido clave en el proceso de expansión del virus. Juan Gestal, profesor Emérito de Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela advierte: "Tenemos que ser muy prudentes porque no sabemos las consecuencias que puede tener un brote -de la magnitud del que sufre China- en una población que carece de inmunidad frente al virus".

Alerta, además, de que una "circulación masiva (...) son millones y millones de oportunidades para que puedan producirse variantes". A la espera de una respuesta conjunta desde Europa, España exigirá la pauta completa de vacunación o una PCR negativa a los pasajeros procedentes de China. Se une así a países como Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, que también han implementado medidas para prevenir la llegada de nuevos casos.