Este jueves, Joe Biden autorizó el primer ataque de su legislatura con una serie de bombardeos aéreos en Siria contra milicias respaldadas por Irán, en una primera y clara advertencia a Teherán y sus grupos aliados de que no tolerará agresiones contra su personal.

Los bombardeos contra edificios supuestamente utilizados por las milicias proiraníes, según el Pentágono, fueron "proporcionados" y tuvieron carácter "defensivo", tras los ataques con cohetes de los últimos días contra bases y objetivos estadounidenses en Irak.

En el ataque estadounidense, llevado a cabo en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, murieron al menos 22 combatientes de las milicias proiraníes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que tiene una amplia red de colaboradores sobre el terreno.

La Embajada de Estados Unidos en Bagdad fue objeto el lunes pasado de un ataque con dos misiles tipo katiusha que impactaron en el exterior de sus instalaciones en plena Zona Verde. Una semana antes, el pasado día 15, un soldado estadounidense resultó herido y un contratista murió en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, debido al impacto de varios cohetes katiushas, tres de ellos en el aeropuerto de la capital.

Los ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak han aumentado desde que Estados Unidos matara en enero de 2020 al poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo en Bagdad, una acción que fue muy criticada por las fuerzas políticas iraquíes y por las milicias proiraníes del país, que prometieron venganza.

"La operación envía un mensaje inequívoco: el presidente Biden actuará para proteger al personal estadounidense y de la coalición. Al mismo tiempo, hemos actuado de una manera deliberada que tiene como objetivo desescalar la situación general tanto en el este de Siria como en Irak, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby.

La respuesta de Irán

El Ministerio iraní de Asuntos Exteriores condenó enérgicamente estos ataques aéreos lanzados por EEUU y los calificó de "ilegales y agresivos". El portavoz de Exteriores iraní, Saíd Jatibzade, asegura que "estos ataques se han producido en un contexto en el que las fuerzas estadounidenses han entrado ilegalmente en territorio sirio en los últimos años, ocupando zonas del territorio sirio y robando recursos naturales, incluido el petróleo que es el derecho natural de la gente de Siria".

"Las bases ilegales estadounidenses en suelo sirio también entrenan fuerzas terroristas y las utilizan como herramientas", agregó Jatibzade. Los bombardeos contra edificios supuestamente utilizados por las milicias proiraníes, según el Pentágono, fueron "proporcionados" y tuvieron carácter "defensivo", tras los ataques con cohetes de los últimos días contra bases y objetivos estadounidenses en Irak.

Este es el primer bombardeo efectuado por EEUU bajo el mandato de Biden y se produce después de que ofreciera formalmente volver a la mesa negociadora con Irán para rescatar el acuerdo nuclear del que su antecesor, Donald Trump, retiró a Estados Unidos hace más de tres años.

División entre demócratas y republicanos

Varios líderes demócratas han criticado el bombardeo ordenado por Biden en Siria, mientras que legisladores republicanos lo apoyaron. Los demócratas coincidieron en recordar al nuevo presidente que es el Congreso quien tiene la autoridad para autorizar ataques, aunque otros fueron más allá al criticar la estrategia bélica de Estados Unidos en el mundo.

"Me preocupa mucho que el ataque de ayer en Siria ponga a nuestro país en el camino de seguir con la guerra de siempre en lugar de ponerle fin. Este es el mismo camino en el que hemos estado durante casi dos décadas", dijo el senador y excandidato presidencial Bernie Sanders. Por su parte, el senador Chris Murphy, que preside el subcomité de Exteriores para Antiterrorismo, aseguró que "los ataques en represalia -como el de Siria-, que no son necesarios para prevenir una amenaza inminente, deben estar dentro de la definición de una autorización de fuerza militar existente del Congreso".

"El Congreso debe tener a este Gobierno en el mismo estándar que los Gobiernos anteriores, y exigir una justificación legal clara para acciones militares", añadió. El también senador Tim Kaine afirmó que "el pueblo de Estados Unidos merece escuchar la justificación del Gobierno para estos ataques y su justificación legal para actuar sin consultar al Congreso". "La acción militar ofensiva -agregó- sin la aprobación del Congreso no es constitucional en ausencia de circunstancias extraordinarias".

El congresista Ro Khanna, miembro del comité de Servicios Armados de la Cámara Baja, recordó que los demócratas ganaron las elecciones con la promesa de "poner fin a las guerras, no escalar conflictos en Oriente Medio". "Nuestra política exterior debe basarse en la diplomacia y la ley, no en bombardeos de venganza sin autorización del Congreso", dijo. Finalmente, la congresista Ilhan Omar, una de las voces más progresistas del Congreso, afirmó que la presencia de Estados Unidos en Siria "no ha hecho nada para parar la violencia, sino que ha exacerbado el dolor y sufrimiento de los sirios".

Eso en el lado demócrata, pero los republicanos salieron en apoyo al bombardeo ordenado por Biden, al tiempo que le instaron a mantener la mano dura con Irán. Su líder en el Senado, Mitch McConnell, aseguró que Biden "actuó bien dentro de las autoridades de su cargo" y advirtió que "los ataques contra instalaciones y personal diplomático y militar estadounidense son solo una de las primeras pruebas para el nuevo Gobierno".

El senador Jim Inhofe, el republicano de mayor rango en el comité de Servicios Armados de la Cámara Alta, dijo que "los ataques de ayer fueron la respuesta correcta y proporcionada para proteger las vidas de los estadounidenses". Por su parte, el republicano de mayor rango en el comité de Servicios Armados de la Cámara Baja, Mike Rogers, aseguró que "Estados Unidos mostró anoche que los ataques contra personal e intereses estadounidenses no serán tolerados".

Estados Unidos lanzó este jueves varios ataques en territorio sirio contra posiciones de milicias proiraníes que actúan en Siria e Irak en los que murieron al menos 22 combatientes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El bombardeo fue en respuesta a un ataque el pasado día 15 en el que un soldado estadounidense resultó herido y un contratista murió en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, debido al impacto de varios cohetes katiushas.